36 im veterinaria ANTES DE LA EXPLORACIÓN · Acostumbrar al gato al trasportín. Recomendable que se pueda abrir desde arriba · Usar spray de feromonas 15 minutos antes del trayecto para reducir estrés · Traer una toalla para tapar la parte superior del trasportín y evitar estímulos visuales · Situar el trasportín en una parte elevada durante la espera EN LA CONSULTA · Mantener actitud positiva cuando el propietario abandona la consulta · Dejar que el gato explore la habitación, y dejarle el tiempo que necesite · Evitar estímulos visuales, olores fuertes o ruidos · Usar una toalla para cubrir la cara del gato y acomodarlo · Usar técnicas de manejo de bajo estrés MANEJO DEL GATO EN AUSENCIA DEL PROPIETARIO EN LA CLÍNICA siedad que pueden sentir al ser examinados por el veterinario sin la presencia de su dueño, desde estas asociaciones aconsejan utilizar el transportín como lugar seguro para el gato e, incluso, utilizar una toalla para cubrirlo y taparlo durante la manipulación, reduciendo así los estímulos visuales. Otras de las recomendaciones dirigidas a los usuarios es que incluyan en el transportín una toalla con olores familiares o juguetes para el gato, usar una jaula que pueda abrirse fácilmente (o que disponga de una rejilla en la parte superior), para que el veterinario pueda manipular al animal con facilidad, o usar feromonas en aerosol en el trasportín unos minutos antes del viaje para reducir el estrés que puedan sufrir los gatos. Finalmente, se aconseja pedir cita para limitar el tiempo de espera en la consulta. En cuanto a la actuación de los profesionales veterinarios, las asociaciones europeas resaltan la necesidad de mantener una actitud positiva y tranquila, pues los gatos son capaces de sentir emociones; llevar a cabo un manejo de bajo estrés; evitar los estímulos visuales, los movimientos rápidos, los ruidos u olores fuertes, y permitir que el animal explore la habitación y la mesa de trabajo. Apego En el caso de los perros, el acento hay que ponerlo en el vínculo de apego tan fuerte que sienten hacia sus dueños. Por lo que, en una situación de consulta veterinaria sin que el propietario esté presente, también puede suponer un enorme cambio en su rutina y conllevar sensaciones de ansiedad o miedo. Por este motivo, tanto Fecava como ESVCE aconsejan que el profesional veterinario se acerque de lado, en curva o en ángulo para aumentar la interacción social en el momento del saludo y la llegada a la clínica del animal. Asimismo, se deben evitar movimientos bruscos, inclinarse demasiado y, sobre todo, poner especial atención a las posturas y la proxémica, es decir, la organización del espacio y las relaciones de proximidad o alejamiento en la comunicación corporal. Una vez llegados a este punto, se aconseja dejar que el perro se acerque primero, que sea él quien realice la toma de contacto y permitir que el animal se tome su tiempo para ello, sin agobiarle ni obligarle a nada. En este caso, las señales que transmita el perro, como lamer, bostezar, gimotear, girar la cabeza, alejarse o meter la cola, pueden resultar de utilidad para comprobar si el animal está confiado con la presencia de un extraño o, por el contrario, se siente incómodo. Si es así, ambas asociaciones veterinarias europeas destacan la necesidad de manipular y tratar al perro con cuidado, evitando inclinarse demasiado y los movimientos bruscos e innecesarios. Igualmente, sería fundamental poder examinar al perro en el suelo (en caso de que no se deje subir a la mesa de exploración) y ponerle un bozal si el animal está acostumbrado a usarlo, ya que este elemento puede resultar menos estresante para el perro. Junto a estas medidas disuasorias, también se habla de la posibilidad de utilizar comida y premios apetecibles y tratar de limitar tanto el tiempo de espera en la consulta como el tiempo de examen de la mascota. En el caso de los gatos se aconseja utilizar el transportín como lugar seguro y usar una toalla para taparle la cabeza Elaboración: Departamento de Diseño: IM Veterinaria
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