48 im veterinaria Ana Sancha es veterinaria de vocación. Licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona en 1995, ha ejercido la profesión tanto en clínica de pequeños animales como en otros organismos, es el caso por ejemplo del IBABSA (Instituto de Biología Animal de las Islas Baleares). “Tras obtener un postgrado en seguridad alimentaria por la UAB, realicé auditorías en diferentes hoteles, todo esto compaginando mi dedicación y formación en clínica”, recuerda. Inauguró su primera clínica allá por el año 1997, y actualmente es copropietaria y gerente de la Clínica Veterinaria Moixica en Port de Pollença y responsable de la atención veterinaria telefónica de Catalana Occidente en España. Todo ello siendo, además, la vicesecretaria y responsable de formación del Colegio Oficial de Veterinarios de les Illes Balears: “Mi trabajo diario empieza con los hospitalizados, y seguidamente con la admisión de los pacientes que van a ser intervenidos. Tras ello comenzamos con las consultas rutinarias, siempre programadas para buscar la óptima atención a pacientes y la mejor gestión de los centros veterinarios”. ¿Cuáles son los mayores avances de la veterinaria? “Sin duda, la incorporación de técnicas en imagen y de mínima invasión se han convertido en una herramienta indispensable en el diagnóstico y tratamiento”. Un sector, en definitiva, cada vez más especializado y profesional: “En los últimos veinte años nuestra profesión ha evolucionado sustancialmente, pasando de ser veterinarios multidisciplinarios a especializarnos cada vez más”. El camino se dirige hacia el ámbito One Health. “Es necesario que se refuerce nuestro papel como sanitarios”, considera Ana Sancha, y esto pasa irremediablemente por la bajada del IVA, entre otras cuestiones. ¿Cómo asegura el futuro de la veterinaria? “Trabajando bien, con responsabilidad, empatía y capacidad. Debemos fidelizar a nuestros clientes mediante planes de salud o campañas de medicina preventiva, facilitando sistemas de pagos aplazados, analizando cuál es nuestra marca diferenciadora respecto a nuestra competencia y apostando por ella”. ¿Y la guerra de precios? Ana Sancha no tiene dudas sobre ello: “Nuestra atención nunca debe estar basada en el precio, sino en la calidad y en la excelencia”. Queda mucho camino por recorrer en materia de reconocimiento social, pero el colectivo está trabajando en ello. “La clínica media se debería diferenciar en el trato cercano y en la profesionalidad ante la llegada de inversores”, asegura esta experimentada veterinaria, y añade: “También deberíamos trabajar más con especialistas y utilizar servicios externos (ecografistas, traumatólogos, neurólogos, etc.), lo que nos permitirá, a su vez, ser más competitivos y ofrecer un servicio integral al paciente, al tiempo que evitamos grandes inversiones”. Las administraciones deben tomar conciencia del papel crucial que desempeñan los veterinarios en la salud pública. “Siguen utilizándonos para hacer políticas sociales a nuestra costa, alegando nuestra vocación indiscutible, para que tengamos que asumir los costes de sus estrategias, como es la actual propuesta VIOPET”, se lamenta. El futuro pasa por la profesionalización y la formación del sector. “Debe empezar con nuestro propio reconocimiento, dando valor a nuestra firma y a nuestras actuaciones y decisiones. Y, por supuesto, trabajar por fin en el enfoque One Health”, concluye Ana Sancha. “En los últimos veinte años, hemos pasado de ser veterinarios multidisciplinarios a especializarnos cada vez más” Ana Sancha (Clínica Veterinaria Moixica, Islas Baleares)
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