IM VETERINARIA #48

7 im veterinaria como órgano consultivo más importante en cuanto a la profesión”. Para Vega, “un enorme privilegio y honor” que le hará compartir espacio con algunos amigos y compañeros que, en su día, llegaron a ser profesores suyos. “A los que tengo un enorme cariño y de los que siempre aprendo”, añade. Objetivos como académico El catedrático adelanta algunas de las ideas que quiere transmitir una vez ingrese en su puesto, como la necesidad de potenciar la comunicación “y abrirla a otros sectores” más allá de los científicos: desde colegios o universidades, a ámbitos periodísticos o domésticos, como conectar con las amas de casa. Porque, argumenta, “la Academia no solo es el máximo órgano consultivo de la profesión, sino que debe contribuir a poner en valor la profesión veterinaria. Y eso se hace divulgando”. Algo que aprendió durante su etapa como colaborador en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (RAC), donde recuerda se hacía esta labor divulgativa mediante ciclos de charlas en las que se implicaban los diferentes miembros de la academia u otro tipo de actividades. En definitiva, hacer “permeable” la ciencia y, ahora, la ciencia veterinaria. Otro de los retos en mente es potenciar la idea de One Health, añade Vega, también miembro coordinador de España del proyecto ‘Una salud en Iberoamérica y el Caribe frente a cambio climático y pérdida de biodiversidad’ (USCC) para la Red CYTED, en el que lleva integrado desde hace algo más de un año. “Tenemos que hacer que sea permeable, no solo a la gente de ciencia sino a la sociedad. En el momento que la sociedad se lo crea, lo hará suyo y lo reivindicará a los políticos”, concluye. Sumado a las dos anteriores, está cambiar la idea que se tiene de la Academia como “algo vetusto” por otra concepción más “dinámica y adaptada a los nuevos tiempos”. Eso se logrará, piensa, a través de la independencia económica. Para aumentarla, propone recabar fondos por distintas vías, como peritaciones o elaboración de informes, entre otras. One Health La pandemia provocada por la zoonosis de Covid-19 permitió dar a conocer el enfoque One Health para resaltar la importancia de que no habrá una buena salud humana si no la hay, también, en animales y en el medio ambiente. Pero, para Vega, llega el momento de pasar a la acción: “¿Cómo vamos a hacer One Health?”, se pregunta. Desde su punto de vista, llega la hora de poner en práctica todo aquello que se sabe, y de la manera más multidisciplinar que se pueda: contando con todas las profesiones sanitarias, pero también con las no sanitarias (antropólogos, economistas, arquitectos, ingenieros…) porque, reflexiona, “al final todo determina nuestra salud”. Al mismo tiempo, habrá que adaptar esa idea de One Health a cada región del planeta. Ya que cada grupo humano tiene su manera de verlo y de entenderlo, recuerda. “Nos toca sentarnos, renunciar algunas veces a nuestros egos. Todos somos necesarios”. En ese sentido, pone como ejemplo cómo se desarrolla el Plan nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), del Ministerio de Sanidad, “donde todos trabajan juntos con independencia de que sean médicos, biólogos, veterinarios… Con un objetivo común, reducir las resistencias a los antimicrobianos”. El papel del veterinario, “una profesión con más de 4.000 años de antigüedad”, es crucial para llevar a buen puerto este movimiento global. No solo es el “médico de los animales”, sino que es determinante para que la población se pueda alimentar de manera segura; para que las granjas sean más sostenibles. “Y cuando hacemos todo eso, estamos contribuyendo también a corregir la crisis climática”, advierte. Alrededor del 23% de las muertes en el mundo (unos 12,6 millones) se producen por falta de salud ambiental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante, la población sigue creciendo a un ritmo vertiginoso, y para 2050 se estima que 10.400 millones de humanos poblarán el planeta, lo que obligará a incrementar un 70% la producción de alimentos para satisfacer la demanda de la población mundial, estima la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). “Esos son los retos, entre otros, a los que nos enfrentamos en la profesión veterinaria. Aparte de lo que ya veníamos haciendo, y muy bien, que es el papel del veterinario como médico de animales. Pero no podemos quedarnos ahí. El veterinario es muchísimo más. Y, al final, si nuestra imagen es la de médicos de animales, en un momento dado somos prescindibles”, incide. Formación Como un “enamorado” de la universidad, se detiene en analizar el estado de la formación superior en Veterinaria en España, que valora a la altura del resto de países comunitarios, a los que “no tiene nada que envidiar”. Si bien hay aspectos que mejorar, como el de la financiación (la nueva Ley de Universidades se comprometió a incrementar el presupuesto hasta el 2%, después de los recortes de los últimos años) o el alto coste que tiene la carrera para las instituciones que, al contrario que Medicina (en el tercer curso el coste de cada alumno lo cubre el Ministerio de Sanidad), son cinco años sufragados por la propia universidad. Además, la formación externa en los últimos años se ha complicado, con más restricciones “por temas de bioseguridad” que dificultan hacer prácticas en granjas o mataderos. Aun con todo, es optimista: “La formación veterinaria es muy compleja, pero eso no quita para que desde todas las facultades no se hagan grandes esfuerzos en toda Europa, para conseguir los mejores profesionales veterinarios. Porque en ello nos va la salud de las personas”. Y así lo ve también en las nuevas generaciones de veterinarios, en los que percibe “muchísimas ganas de aprender y de mejorar la sociedad donde viven”. Esa visión esperanzadora es la que transmite día a día a sus alumnos: “Les digo que hay que ser muy positivos” porque, expresa, cada día es una oportunidad para “exprimir al máximo”. “Tenemos una enorme suerte. Somos veterinarios: trabajamos con esos seres maravillosos que son nuestros animales de compañía; tenemos la suerte de llevar la comida al plato de la gente cada día. Y encima luchamos por la salud de las personas a través de la salud de los animales”.

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